He aprendido muchas cosas desde que empecé a trabajar como diseñador web por mi cuenta.

O como dirían los modernos, desde que empecé como freelance.

Y una de ellas, la aprendí a base de sufrir mucho.

Aprendí que sólo hay una cosa más agobiante que tener mucho trabajo, no tenerlo.

Al principio, hubo meses en los que no tenía ningún proyecto web.

Aprovechaba el tiempo en tratar de hacerme visible, en mejorar mi página web y mi servicio.

Pero veía pasar los días y seguía sin facturar nada.

Eso sí, los gastos seguían acumulándose en mi cuenta bancaria.

Y esta situación poco a poco me afectaba personalmente.

Me costaba dormir, apenas tenía apetito y me sentía bloqueado frente al ordenador.

Llegué a pensar que emprender no era lo mío. Que no valía para ello.

Y lo peor de todo es que también afectaba a mis seres queridos.

Porque estaba triste, de peor humor y lo pagaba con ellos.

Injustamente.

Muy injustamente.

Pero poco a poco la cosa fue mejorando.

A base de estrategia, fui consiguiendo clientes de diseño web que al estar contentos con mi trabajo me volvían a contratar.

Y además me recomendaban a sus conocidos.

También fui ganando visibilidad y marca personal.

Hasta que llegó a haber meses en los que me veía desbordado por la cantidad de proyectos web que llevaba a la vez.

Entonces volvía a las andadas.

Me sentía estresado, nervioso, sin ganas de comer.

Me bloqueaba, me agobiaba y no avanzaba en ninguno de los proyectos.

Era entonces cuando me acordaba de tiempos pasados cuando no tenía clientes.

¡Eso sí que era agobiante!

Así que me tranquilizaba, agradecía poder tener trabajo y aplicaba mi siguiente gran lección aprendida.

Pero ésta te la contaré en el email del sábado.

Un saludo,
Jorge Cobos ツ

PD: El servicio que vendía por aquel entonces y el que sigo vendiendo a día de hoy es Diseño Web para Profesionales y Pequeños Negocios. Es mi mejor servicio, el que me hace estar agobiado en ocasiones pero agradecido.