Seguro que conoces o has escuchado hablar del temido síndrome del impostor.

O peor aún, quizá lo estés sufriendo ahora mismo. Quién sabe.

Por si acaso no lo conoces, te lo explico rápidamente con mis palabras.

Se trata de una barrera mental que nos ponemos a nosotros mismos al pensar que no somos lo suficientemente buenos como para ejercer nuestra profesión.

Los síntomas aparecen cuando nos planteamos esta pregunta en nuestro interior:

— ¿Quién soy yo para…?

Es decir, quién soy yo para merecer este éxito.

Quién soy yo para que esta persona confíe en mí y me contrate.

Quién soy yo para enseñar sobre esta temática.

Quién soy yo para vender mis servicios y productos.

Y así todos los “quién soy yo” que se te ocurran.

Y es un síndrome muy peligroso para tu negocio.

Sobre todo porque se padece en los inicios de todo emprendimiento.

Que es cuando más fuertes hay que estar.

Pero no te preocupes porque además de peligroso es inevitable, diría yo.

Así que no queda otro remedio que superarlo o asimilarlo cuanto antes.

Vale, pues ayer ví un anuncio en la TV.

(Me encanta ver anuncios porque reflejan muchas cosas de la sociedad)

Era un anuncio de Lidl que hablaba sobre el Preciobajismo.

Ellos lo utilizaban para promocionar sus precios bajos.

Pero yo, me voy a permitir el lujo de utilizarlo para un nuevo síndrome que me voy a inventar y que voy a bautizar con el siguiente nombre:

(escucha el redoble de tambores…)

— El síndrome del Preciobajismo.

Es un síndrome que padecen muchísimos profesionales con los que tengo contacto y que tiene la siguiente sintomatología.

Te levantas por la mañana con ganas de trabajar y comerte el mundo.

Trabajas como un burro (sin levantar las orejas)

Compruebas lo difícil que es vender tus productos y/o servicios.

Entonces caes en la tentación de bajar tus precios para tratar de vender.

Y pones precios bajísimos.

Tan bajos que ni el grajo vuelta tan bajo.

Así que acabas de padecer el síndrome del Preciobajismo.

¿Te ves indetificado?

Pues yo sí.

Tal cual te lo cuento me acuerdo de mis inicios y el miedo que tenía a cobrar los precios que mi servicio realmente merecía.

Pero no se trata de subir los precios sin sentido.

Se trata de ajustar tu precio y no bajarlo ni aunque los clientes se te pongan de rodillas.

Ni aunque te pongan la carita del gato de la peli de Shrek.

No. Se acabó.

Eres un profesional, freelance, emprendedor, pequeño negocio o gran negocio, da igual.

Pero el caso es que no trabajas por amor al arte.

Trabajas para ganar un sueldo.

No seas tú quien te baje el sueldo. No te sabotees a ti mismo.

Dile adiós al preciobajismo.

Pero para cobrar un precio justo por tus soluciones, primero tienen que ser buenas soluciones.

Y segundo tienes que presentarlas como tal ante tus posibles clientes.

Si tu servicio es bueno pero tu página web no muestra lo bueno que es, no vendes.

Así de sencillo.

En mi servicio de diseño web me centro en que tu solución brille y entre bien por los ojos de tu cliente.
¿Cómo?

A través de un diseño atrativo, optimizado para móviles y tablets, con buenos textos y fotos, con colores bonitos.

Un diseño profesional para tu producto profesional.

Si te interesa, échale un vistazo en el siguiente enlace:

Diseño Web para Profesionales y Pequeños Negocios.

Un saludo,
Jorge Cobos ツ

PD: Adiós al Preciobajismo y hola a los precios justos, realistas y responsables. Los que te permiten mantener tu negocio y seguir trabajando. En enlace es arriba.